¿Qué colores son adecuados para las habitaciones infantiles?
Cuando está a punto de llegar un bebé a la familia o cuando los niños crecen y necesitan un espacio propio, es el momento de pensar en cómo amueblar la habitación del bebé. Es muy divertido, sobre todo si implicas a los niños en la elección de los muebles y los distintos componentes, pero también complejo porque hay que tener en cuenta muchos factores. ¿Por dónde empezar? Normalmente siempre se empieza por los colores.
No es sólo una cuestión de estética o de gusto personal: elegir el tono es importante para dar personalidad a la habitación, y la cromoterapia puede ayudarnos a orientarnos mejor entre las distintas opciones. He aquí algunos consejos sobre los colores más adecuados para las habitaciones infantiles ya sean niños, niñas, bebés o niños mayores.
Colores para la habitación del bebé
Los bebés empiezan a distinguir los distintos colores que les rodean a los pocos meses de nacer, así que para la habitación de un bebé, lo mejor es elegir colores neutros, delicados y claros. En esta etapa, el sistema nervioso aún se está desarrollando, por lo que es mejor no sobreestimularlo con colores demasiado vivos y brillantes; por no mencionar el hecho de que, en los primeros meses y años de vida, la habitación infantil es esencialmente el lugar donde duerme el niño, así que las sensaciones que transmite deben ser de tranquilidad y relajación.
Para ello, todos los colores pastel sirven: rosa bebé para una niña, azul cielo para un niño, amarillo o verde pastel para los que quieran mantener la habitación en un estilo neutro o para los que tengan que alojar a dos hermanitos.
Una opción especialmente elegante para las paredes es el blanco marfil o el gris perla, que se combinan con muebles blancos para crear un ambiente relajante y acogedor.
Colores para habitaciones infantiles
Cuando los niños crecen, es necesario sustituir la cuna por una cama pequeña, ampliar los armarios y quizá también habilitar una zona de estudio con escritorio y librería.
Cuando llegue este momento puedes aprovechar para dar una nueva cara a la sala también desde el punto de vista cromático: no cabe duda de que cada color estimula sentimientos diferentes, tanto en adultos como en niños, y es importante tenerlo en cuenta.
En general, para los dormitorios se recomiendan colores relajantes como el azul y el verde, pero en el caso de los niños también puedes optar por otros tonos, porque no es sólo la habitación donde duermen, sino también donde estudian, juegan y pasan tiempo con sus amigos.
He aquí algunas sugerencias de colores según la cromoterapia:
- El azul se considera un color relajante: Favorece el sueño y tiene un efecto calmante; en todas sus tonalidades puede ser el color básico para el dormitorio de un chico.
- Blanco queda bien en cualquier habitación, es limpio y da sensación de orden y pureza: Para animarlo, puedes jugar con cuadros y adornos de pared.
- El verde, al igual que el azul, relaja, favorece el descanso y reduce el estrés: También estimula el optimismo y reduce la ansiedad. Es adecuado tanto para la habitación de los niños como para la de las niñas.
- Amarillo es un color perfecto para los dormitorios infantiles porque estimula el buen humor, la positividad, la creatividad y da un gran impulso de energía.
- El rosa, muy utilizado para los dormitorios de las niñas, debe elegirse siempre en el tonos pastel para evitar que tenga un efecto demasiado estimulante e iluminador.
Una vez hayas elegido el color de las paredes, el mobiliario vendrá en consecuencia: puedes mezclar distintos colores de la misma familia, por ejemplo amarillo con naranja o verde pastel con un delicado tono de azul, para animar la habitación, pero siempre teniendo en cuenta los principios de la cromoterapia.